En el centro de Viena, encontramos Garabarde, está empresa se dedica a lo que se conoce como "upcycling" ("supra-reciclaje").
Todo tipo de materiales desfasados aquí se reconvierten. A través del recicaje los residuos se convierten el objetos singulares, desde sofás elaborados con viejas escaleras metálicas, anillos confecionados con monedas de plata, bolos reconvertidos en jarrones para flores, brazaletes hechos on pelotas de tenis, bolsos y carpetas hechos con lona vieja de camiones...
Aparentemente parece una tienda más de diseño ecológico, pero los precios de sus productos no están al alcance de cualquier bolsillo, porque el componente social es lo que la diferencia de las otras.
La plantilla del negocio es de unas 20 personas (entre 20 y 30 años), la mitad de ellas tienen, como los objetos que se venden, una segunda oportunidad, pues son personas que después de un tratamiento de rehabilitación (problemas de adicción) necesitan volver a la vida.
Daniel Strobel, el responsable de marketing de 'Gabarage', cuenta que los pacientes después de terminar su rehabilitación llegan a ellos para pasar el periodo de un año. La idea es formarlos, trabajan en los talleres junto a los diseñadores y reciben formación para que puedan incorporarse al mercado laboral.
Strobel dice que 'ellos' se sienten activos, les genera confianza y les aporta mucho más que la aprobación de cualquier terapeuta. También reconoce que hay tareas que resultan más complicadas, como la venta al público, es la más dífícil de asumir por estos aprendices, el miedo al contacto.
Strobel dice que 'ellos' se sienten activos, les genera confianza y les aporta mucho más que la aprobación de cualquier terapeuta. También reconoce que hay tareas que resultan más complicadas, como la venta al público, es la más dífícil de asumir por estos aprendices, el miedo al contacto.
El portavoz de la empresa comenta que la supervisión de las recaídas es externa, pero aún así el comercio cuenta con entrenadores y profesionales especializados.
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