Los investigadores de la Universidad de Stanford han encontrado una proteína que actúa en el cerebro como un tranquilizante natural semejante al valium, que es la denominación comercial del 'diazepam', que se utiliza para aliviar la ansiedad, los espasmos musculares, las crisis convulsivas (epilépsia), la agitación causada por la abstinencia de alcohol, y que es conocido por sus efectos sedantes.
Desde 1965 que se puso a la venta, sigue siendo uno de los fármacos psicoactivos más utilizados. Disminuye la transmisión de los impulsos nerviosos, y el hecho de que pudiera unirse a determinadas zonas del cerebro y ejercer así su efecto calmante, sugería que debía haber alguna sustancia producida por el cerebro que de forma natural tuviese el mismo efecto tranquilizante.
Ahora este "valium natural" se ha descubierto y se ha denominado inhibidor de la unión al diazepam (DBI, por sus siglas en inglés) y ejerce su acción en una zona muy concreta situada en el tálamo, a donde llega toda la información procedente de los sentidos, a excepción del olfato, y que sirve como estación repetidora para enviar señales a la corteza cerebral, donde se procesan. El tálamo también está implicado en el inicio de las convulsiones epilépticas. Dentro de esta estructura cerebral hay otra zona más reducida(el núcleo reticular) que es la encargada de controlar los ritmos de trabajo de las neuronas, incluidos los que caracterizan el sueño, y es ahí donde el DBI ejerce su efecto. Mantiene el ritmo adecuado en la actividad de las neuronas para evitar que se altere y se producan ataques epilépticos.
"Este es uno de los hallazgos más emocionantes que hemos hecho en muchos años", señala John Huguenard, profesor de Neurología y ciencias neurológicas y autor principal del estudio. "Nuestros resultados demuestran por primera vez que un núcleo profundo situado en el centro del cerebro genera un producto, una pequeña proteína o péptido, que actúa como las benzodiazepinas".
Durante décadas, el DBI también ha sido conocido por los investigadores con un nombre diferente: ACBP. De hecho, se encuentra en todas las célula del organismo, donde es un transportador intracelular de un metabolito llamado acil-CoA, importante en el metabolismo energético. "Pero en un circuito del cerebro muy específico y muy importante que nosotros hemos estado estudiando durante muchos años, el DBI sale de las células que le producen y sufre transformación posterior para convertirse en un compuesto natural antiepiléptico," explica Huguenard. "En este circuito, DBI o uno de sus fragmentos actúa igual que el Valium y produce el mismo efecto neurológico".
Los psicofármacos ejercen sus acción beneficiosa sobre el cerebro gracias a que este genera de forma natural sustancias parecidas.
Los opiáceos como la morfina ejercen su acción analgésica gracias a que se unen al mismo sitio que las endorfinas (respuesta del cerebro al ejercicio, comida o cualquier actividad gratificante) unos péptidos producidos en el cerebro que de forma natural tienen efectos analgésicos similares.
La acción que la marihuana ejerce sobre el cerebro tiene su explicación en la existencia de unos "endocannabinoides" naturales. Los de la sustancia producida por el cerebro y la droga son parecidos, regulan el apetito, la memoria y son analgésicas.
La diferencia entre los psicofármacos naturales y los externos es que los primeros no provocan dependencia, ni tolerancia (necesidad de una mayor dosis para producir el mismo efecto).
Este descubrimiento, publicado en Neuron, abre nuevas opciones para tratar la epilepsia, la ansiedad y los trastornos del sueño.
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