Investigadores de la Universidad de Strathclyde en Reino Unido han descubierto que la polilla de la cera es capaz de detectar frecuencias de sonido de hasta 300 kHz, la sensibilidad más alta registrada en cualquier ser vivo.
Los humanos solo somos capaces de oír sonidos con una frecuencia máxima de 20 kHz, disminuyendo hasta 12 kHz cuando envejecemos.
Ni siquiera pueden competir con ella los delfines, sus límites son de unos 160 kHz.
Los investigadores están muy sorprendidos de que las polillas puedan escuchar frecuencias de sonido en este nivel, creen que podrían haber desarrollado la comunicación entre ellas para evitar a sus depredadores naturales, los murcielagos, que utilizan sonidos similares.
Este tipo de investigaciones pueden aplicarse a las nuevas innovaciones tecnológicas, como 'micrófonos en miniatura'.
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