miércoles, 22 de mayo de 2013

¿PERDERÁ ARANJUEZ SU MAR?


El Real Sitio de Aranjuez es famoso por su palacio, por sus jardines y fuentes, y por sus fresas y espárragos. Lo que no sabe todo el mundo es que tiene 'mar'. El Mar de Ontígola y el Mar Chica, dos lagunas artificiales de alto valor ecológico que se encuentran dentro de la reserva natural El Regajal-Mar de Ontígola.

El conjunto, que ocupa 653 hectáreas, está considerado como uno de los más importantes ecosistemas del sur de Madrid.

En el Regajal-Mar de Ontígola y zonas limítrofes se han detectado 67 especies de aves nidificantes, 15 de reptiles, ocho de anfibios y unas 700 de mariposas.

Los entomólogos europeos visitan desde el siglo XIX los montes del Regajal atraídos por sus mariposas, no por la cantidad de estas, sino por la cantidad de especies botánicas que crecen, entre 600 y 800 tipos de plantas (más que en toda Suecia), que hace que existan mariposas 'raras'.

Su origen (del mar) se remonta a 1552, cuando Felipe II, siendo Príncipe de Asturias, ordenó su construcción. Su fin era recoger agua para poder surtir a las fuentes y jardines del Real Sitio.
La presa, que empezó Juan Bautista de Toledo y finalizó Juan de Herrera en 1572, continúa cumpliendo la función de retención de aguas, pero es casi imposible contemplar la imponente obra de ingeniería realizada con piedra de colmenar, oculta entre capas de vegetación.

Hay que sumarle las graves agresiones del paso de las autovías N-IV y R-4, el el Tren de Alta Velocidad por mitad de la finca donde se reproducen las mariposas.

Así, en marzo del año pasado, el Ayuntamiento de Aranjuez decidió devolver a Patrimonio del Estado ambas lagunas por no poder hacer frente a su mantenimiento, y un año después, siguen esperando la respuesta del Gobierno, que se las cedió al municipio en 1995 para complementar el riego de los parques.

No se trata solo de los valores medioambientales, sino históricos y arquitectónicos que reúne el conjunto.

La Dirección General del Agua clasificó la presa del Mar de Ontígola como de categoría A. Eso implicaba asumir una serie de remodelaciones para que se adaptase al siglo en el que estamos, que no se han llevado a cabo.

Sin olvidarnos que la Comunidad de Madrid calificó esta área 'como reserva natural' en 1994.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/05/19/madrid/1368988013_702775.html

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